Siendo de gran importancia minimizar el impacto de las obras antrópicas en el entorno existen técnicas, específicas para cada caso, que persiguen como objetivo recuperar la vegetación afectada e integrar correctamente en la naturaleza los espacios degradados o gravemente modificados por el hombre.

El fin último, es lograr la recuperación del ecosistema mediante el uso de especies vegetales autóctonas que permitan una recuperación del entorno natural.

Básicamente, estas técnicas consisten en la estabilización de las superficies sensibles a la erosión, mediante una modificación gradual de la topografía del terreno, tratando de crear superficies adecuadas para el crecimiento de árboles y arbustos, siendo en muchos casos necesario confinar elementos contaminantes y restablecer un sistema de drenaje, que permita posteriormente aportar tierra vegetal adecuada y donde puedan vivir correctamente las plantas.